domingo, 28 de janeiro de 2007

DOIS SONETOS DE FRANCISCO DE QUEVEDO (1580-1645)

Un casado se ríe del adúltero que le paga el gozar con susto lo que a él le sobra


Díceme, don Jerónimo, que dices
que me pones los cuernos con Ginesa;
yo digo que me pones casa y mesa;
y en la mesa, capones y perdices.

Yo hallo que me pones los tapices
cuando el calor por el octubre cesa;
por ti mi bolsa, no mi testa, pesa,
aunque con molde de oro me la rices.

Este argumento es fuerte y es agudo:
tú imaginas ponerme cuernos; de obra
yo, porque lo imaginas, te desnudo.

Más cuerno es el que paga que el que cobra;
ergo, aquel que me paga, es el cornudo,
lo que de mi mujer a mí me sobra.



Um casado ri-se do adúltero que lhe paga o gozar com susto o que a ele lhe sobra

Diz-se, Dom Jerónimo, que dizes
Que me pões os cornos com Ginesa;
Eu digo que me pões a casa e a mesa;
E, na mesa, capões gordos e perdizes.

E vejo que me pões também tapetes
Quando o calor pelo Outubro cessa;
Por ti minha bolsa, não a testa, pesa,
Ainda que, com molde de ouro, tu ma frises.

Este argumento é forte e é agudo:
Tu pôr-me cornos imaginas; dest’ obra
Eu, porque o imaginas, te desnudo.

Mais corno é quem paga que quem cobra;
Ergo, aquele que me paga, é o cornudo,
O que, de minha mulher, a mim me sobra.



Hastío de un casado al tercer día


Anteayer nos casamos; hoy querría,
doña Pérez, saber ciertas verdades:
decidme, ¿cuánto número de edades
enfunda el matrimonio en sólo un día?

Un anteayer, soltero ser solía, 5
y hoy, casado, un sin fin de Navidades
han puesto dos marchitas voluntades
y más de mil antaños en la mía.

Esto de ser marido un año arreo,
aun a los azacanes empalaga: 10
todo lo cotidiano es mucho y feo.

Mujer que dura un mes, se vuelve plaga;
aun con los diablos fue dichoso Orfeo,
pues perdió la mujer que tuvo en paga.



Fastio de um casado ao terceiro dia

Faz dois dias que casámos; hoje queria,
Dona Pérez, saber certas verdades:
Dizei-me: qual o número de idades
Que afunda o matrimónio num só dia?

Anteontem ainda, solteiro ser soía,
Hoje, casado, duas pequenas vontades
Prometem um sem fim de anuidades
E mais de mil outroras de porfia.

Isto de ser marido um ano, meio,
Até aos mais valentes a alma esmaga:
Todo o quotidiano é muito e feio.

Mulher que dura um mês volve-se praga;
Por isso c'os diabos foi ditoso Orfeu,
Pois perdeu a mulher que teve em paga.


(Tradução de José Carlos Costa Pinto)